Los inicios de la energía nuclear y su aprovechamiento
En 1847 los físicos se comienzan a formular preguntas sobre el principio de conservación de energía. El hecho de no poder explicar las radiaciones solares a partir de la combustión química hizo necesario postular la existencia de otra fuente de energía, hasta entonces desconocida.El físico francés Antoine Henri Becquerel realizó experimentos con rayos catódicos en 1876 que llevaron a la detección del electrón. En 1895 Wilhelm Roetgen descubre los rayos X, ampliando el espectro electromagnético conocido. En 1986 el físico francés Antoine Henri Becquerel comprobó que ciertas sustancias generan rayos penetrantes, como el uranio. Con esta sustancia experimentaron Marie y Pierre Curie, que les llevaría a descubrir sustancias desconocidas aún más radiactivas, como el radio.
Poco después se confirma que la radioactividad implica emisión de energía. Se pone nombre a los rayos alfa y beta gracias a las pruebas con radiaciones de uranio de Ernest Rutherford. Después llega el físico inglés Joseph John Thompson que identifica el electrón, siendo la primera partícula subatómica en ser descubierta. Esto cambió la concepción que se tenía de que los únicos elementos que tenían una reserva energética dentro del átomo eran radiactivos. Rutherford sugirió que todos los átomos tienen una reserva de este tipo.
En el 1911 Thomson elabora un modelo teórico del átomo en el que los electrones se reparten en el interior de una esfera de carga positiva y describen una órbita alrededor del núcleo, pero finalmente es Rutherford quien demuestra la estructura interna del átomo: un núcleo pequeño alrededor del cual giran los electrones. En el año 1913 el físico danés Niels Bohr desarrolla una hipótesis mejorada de la estructura del átomo, explicando que los electrones están organizados en capas definidas o niveles cuánticos.
Antes de 1914 se detectó una partícula con carga positiva cuya masa era igual a la del hidrógeno. Rutherford expuso que era equivalente a la del electrón pero con carga positiva, y la denominó protón.
En este punto comienza a definirse el complejo funcionamiento dentro del átomo. Esto posibilitará que dos décadas más tarde se consiga modificar con éxito la estructura de los núcleos de los átomos.
En cuanto al aprovechamiento, Existen dos formas de aprovechar la energía nuclear para convertirla en calor: la fisión nuclear, en la que un núcleo atómico se subdivide en dos o más grupos de partículas, y la fusión nuclear, en la que al menos dos núcleos atómicos se unen para dar lugar a otro diferente.
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